Las pseudoterapias, muchas de ellas pseudocientíficas y conocidas también como ‘terapias alternativas‘, ‘complementarias‘ o ‘integrativas‘, son aquellas prácticas que se ofrecen como actos médicos sin haber demostrado científicamente su efectividad. Para más información podéis consultar nuestra lista de pseudoterapias.
Estas falsas terapias representan un gran peligro por varias razones:
- Existe el riesgo de que los pacientes abandonen terapias efectivas por prácticas que carecen de valor curativo, y esto puede ocasionar graves problemas de salud e incluso la muerte.
- Independientemente del abandono de tratamiento, algunas pseudoterapias pueden tener efectos negativos sobre la salud.
- Suelen producir daños económicos o morales en los pacientes.
Ahora bien, para entender en profundidad qué es una pseudoterapia primero hay que entender cuándo podemos considerar que una terapia ha sido científicamente validada. La palabra ‘ciencia’ proviene del latín y significa ‘conocimiento’, pero a la ciencia no le vale cualquier tipo de conocimiento. En ciencia sólo es aceptado lo que podemos confirmar mediante evidencias científicas, un tipo especial de evidencia que se obtiene mediante el uso de un método fiable de estudio al que denominamos método científico.
Desde un punto de vista científico no pueden ser consideradas como creencias al mismo nivel de fiabilidad la creencia basada en evidencia científica acerca de la estructura de la penicilina; una creencia informal, basada en evidencia interpretativa o informal respecto al argumento futuro de una serie de televisión; o la creencia en las hadas, que no está basada en ningún tipo de evidencia. En el caso de las pseudoterapias estas creencias se basan o bien en evidencia sesgada que no podemos considerar científica, o bien son sostenidas de forma puramente dogmática.
Por ello, para considerar que la evidencia que sustenta una creencia es científica debemos considerar estas características:
- Que la creencia sea susceptible de ser confirmada empíricamente y tenga características lógicas que posibiliten la evaluación científica. En este sentido, las dos características más relevantes es que no se trate de una idea de tipo metafísico -es decir, que las consecuencias de su validez o invalidez puedan ser captadas por los sentidos- y que pueda ser tanto confirmada como disconfirmada -es decir, que la hipótesis pueda ser tanto correcta como incorrecta.
- Que el método que empleemos para contrastar la validez de nuestra hipótesis sea un método científico. Un método será científico siempre que sea capaz de obtener evidencia científica. Y será capaz de obtener este tipo de evidencia siempre que (1) sea un método reglado y empírico, (2) no esté afectado por sesgos y falacias y (3) garantice todos sus pasos, ya sea asegurando la reproducibilidad del proceso, ya sea registrando debidamente todos los datos. Un método científico, al fin y al cabo, se encarga de reducir al mínimo la posibilidad de fraude o de error humano.
- La evidencia que obtenemos al emplear este método es objetiva. Se trata de un hecho objetivo que hace que aumente la probabilidad de que nuestra creencia sea la mejor solución disponible para el problema que tratamos de solucionar. Aunque la evidencia es objetiva su evaluación puede depender del contexto, y en contextos sanitarios siempre se requiere de la cantidad más alta de evidencia para considerar una creencia como válida. En este sentido, siempre que algo esté científicamente avalado en contextos sanitarios es porque estamos muy seguros de que dicha práctica es la mejor solución disponible -porque en el futuro puede haber otra mejor.
Ahora sabemos qué es la ciencia pero, ¿qué es una pseudociencia? Las pseudociencias son afirmaciones o prácticas que son presentadas como científicas pero que no se apoyan en evidencia de este tipo, ya sea porque son metafísicas, porque no usan un método fiable o porque niegan o distorsionan la evidencia de la que disponemos. Es decir, las pseudociencias son cosas que se hacen pasar por ciencia pero que en realidad no lo son.
Una pseudoterapia es un caso específico de pseudociencia aplicada al contexto sanitario. Un terapia propiamente dicha es todo aquello que tiene efectividad por encima del efecto placebo, y una terapia de primera opción es aquella que está más avalada por estudios de coste-beneficio. Las pseudoterapias suponen un fraude que busca hacer pasar la práctica ya sea como terapéutica sin serlo o bien, siendo una terapia para otra cosa, como la de primera opción para una determinada dolencia que no les compete.
Muchas de estas pseudociencias intentan competir con terapias científicas. Pero, ¿cómo se puede explicar esto si no tienen ningún valor terapéutico? Por tradición, desconocimiento acerca de qué es el efecto placebo, superstición o, en muchos casos, el ánimo de lucro.
Podéis ver una lista de algunas de las pseudoterapias más conocidas en el enlace correspondiente, y haciendo clic encima de su nombre podéis acceder a información sobre por qué no tienen valor terapéutico. Si te han propuesto alguna terapia y tienes dudas sobre si hay evidencia científica que la respalde, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de este formulario.