Por mucho que logremos concienciar al ciudadano de lo peligrosas que son las pseudociencias, no conseguiremos un cambio profundo y real hasta que no se realicen los necesarios cambios legislativos, en cuanto a la reglamentación de las llamadas “terapias” alternativas, su publicidad, y otras cuestiones que pueden afectar a un enfermo. Os exponemos tres objetivos fundamentales a conquistar, de forma inmediata, en el terreno legislativo y judicial.
Propuesta primera :
Trabajar para conseguir la tipificación como delito de:
-Cualquier actividad y publicidad de terapias que se presenten como curativas sin serlo, y que no estén experimentadas bajo criterios científicos.
-Las praxis y actuaciones de quienes sin estar en posesión de los obligatorios estudios y títulos de medicina para ejercer la misma, pretendan impartir a un enfermo un tratamiento, presentándolo como curativo.
Propuesta segunda :
Conseguir que las palabras medicina, curación, sanación, salud, terapia (o cualquier otra expresión que pueda hacer creer a un enfermo que está ante un profesional de la salud) no puedan ser empleadas en ningún formato de promoción o publicidad, si quien se anuncia o promociona no tiene los estudios oficiales correspondientes, ni sigue métodos de curación elaborados bajo criterios científicos.
Propuesta tercera :
Trabajar para que en los hospitales se establezcan diferentes protocolos. El más importante: Que cuando un paciente rechace un tratamiento para seguir una linea de curación que ponga en peligro su vida, el hospital no se limite a que firme el correspondiente documento. El hospital debería informarse de la terapia alternativa elegida por el paciente y de quién la va a impartir. Y de ser una terapia no curativa, el hospital tendría que ponerse en contacto con Sanidad e informar claramente al enfermo, tomándose las medidas necesarias para su protección.